La sección de metodología en una tesis o trabajo académico es el corazón que explica cómo se llevó a cabo la investigación. No basta con tener un diseño metodológico sólido: es necesario redactarlo con claridad y precisión, ya que de ello depende la credibilidad, la replicabilidad y la comprensión del estudio. Una metodología poco clara genera dudas en los lectores y puede incluso afectar la valoración de la investigación.
Este artículo de aproximadamente 4000 palabras profundiza en la relevancia de una redacción clara en la metodología, ofreciendo pautas, ejemplos, técnicas y errores frecuentes que se deben evitar.
¿Por qué es clave la claridad en la metodología?
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Transparencia científica: permite a otros investigadores replicar el estudio.
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Comprensión del proceso: un lector debe entender paso a paso qué se hizo y por qué.
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Evitar ambigüedad: términos vagos o confusos generan interpretaciones erróneas.
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Rigor académico: un estilo claro refleja profesionalismo y atención al detalle.
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Evaluación justa: el jurado académico podrá valorar adecuadamente la validez del trabajo.
Elementos de la metodología que requieren redacción precisa
1. Tipo de investigación
Debe explicarse si es cuantitativa, cualitativa, mixta, descriptiva, experimental, correlacional.
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Ejemplo claro: “Se realizó un estudio correlacional de tipo cuantitativo con un diseño transversal”.
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Ejemplo confuso: “Se usó una investigación variada”.
2. Población y muestra
Debe detallarse con cifras, características y criterios de inclusión/exclusión.
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Claro: “La población estuvo compuesta por 450 estudiantes de secundaria; se seleccionó una muestra de 120 mediante muestreo aleatorio simple”.
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Confuso: “Se trabajó con varios alumnos”.
3. Instrumentos de recolección de datos
Cada cuestionario, entrevista o técnica debe estar descrita con precisión.
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Claro: “Se aplicó el cuestionario XYZ validado por Pérez (2018), con una confiabilidad alfa de Cronbach de 0,89”.
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Confuso: “Se hicieron encuestas”.
4. Procedimientos
El paso a paso debe ser narrado con lógica y orden cronológico.
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Claro: “Primero se obtuvo el consentimiento informado; posteriormente se aplicó la encuesta en tres sesiones de 30 minutos cada una”.
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Confuso: “Se hicieron las cosas de acuerdo al plan”.
5. Análisis de datos
Explicar las técnicas estadísticas o interpretativas utilizadas.
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Claro: “Los datos se procesaron con SPSS v.27 mediante análisis de regresión múltiple”.
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Confuso: “Se analizaron con programas”.
Estrategias para lograr redacción clara
Uso de lenguaje técnico pero comprensible
Evitar jergas innecesarias, privilegiando términos académicos aceptados y fáciles de entender.
Organización lógica de párrafos
Cada párrafo debe tratar un aspecto específico (muestra, instrumentos, procedimiento).
Coherencia y cohesión
Usar conectores adecuados: “primero”, “posteriormente”, “finalmente”, “además”.
Precisión en números y datos
Siempre especificar cantidades, porcentajes, fechas y herramientas exactas.
Apoyo en referencias
La claridad aumenta cuando se sustentan elecciones metodológicas en literatura académica.
Errores comunes al redactar metodología
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Descripciones demasiado breves.
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Uso de palabras vagas como “algunos”, “varios”, “más o menos”.
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Mezclar varios elementos en un mismo párrafo sin orden.
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Falta de detalles sobre validación de instrumentos.
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Copiar metodologías de otras tesis sin adaptarlas al contexto.
Ejemplos comparativos
❌ “Se aplicaron entrevistas y se analizaron los resultados”.
✅ “Se realizaron 15 entrevistas semiestructuradas a docentes de primaria de tres escuelas públicas de Quito, cada una de 40 minutos de duración. Los resultados fueron codificados y analizados bajo el enfoque de teoría fundamentada”.
Consejos prácticos
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Redactar primero un esquema metodológico antes de escribir en prosa.
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Pedir retroalimentación a colegas o asesores sobre la claridad del texto.
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Usar ejemplos concretos y datos exactos en lugar de generalidades.
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Revisar la redacción con herramientas de corrección gramatical.
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Evitar la repetición innecesaria: ser claro no significa ser redundante.
Conclusión
La sección de metodología no es solo un requisito, sino el núcleo que da legitimidad a la investigación. Una redacción clara asegura que cualquier lector, desde un estudiante hasta un investigador experimentado, pueda comprender, evaluar y replicar el trabajo. La claridad en la metodología es, en última instancia, sinónimo de calidad académica.